Carlota disfrutando del boldo
Muy querida Rocío,
Me llamo "Carlota" y soy una araña muy alegre.
¡Es cosa que me miren el color de mis ocho patas! Amarillo furioso, "el mismo color del Yellow Submarine", como diría Nonoso.
Existen más de 42.000 especies de arañas, todas emparentadas conmigo y quiénes tenemos las mismas características; 8 patas, tejemos unas lindas telarañas y somos solitarias. Vivimos en todos los continentes del mundo, excepto en la Antártica, porque ahí hace mucho frío. Sería como vivir en el "freezer", dentro de un refrigerador.
¡Brrrrrrrrrrr eso es mucho frío!
Algunas de mis parientes son peligrosas y hay personas que se asustan mucho con las arañas.
Los que más saben de nosotras son los aracnólogos, que se dedican al estudio de las arañas y ellos no son lo mismo que los psicólogos, ginecólogos, radiólogos, sociólogos, enólogos, cardiólogos, nefrólogos, oncólogos, urólogos o piscólogos. Esta gente estudia otras cosas que yo no entiendo, ni me gustan.
Bueno, estaba disfrutando del boldo en Marbella, cuando se me ocurrió salir a explorar por el jardín.
Me fui a ver la araucaria de la Marcela, que es un arbol muy lindo y milenario, pero es muy pinchudo y salí de ahí muy rápidamente.
Salté de regreso al boldo y, de ahí a tu columpio y me puse a disfrutar de su linda vista al campo de golf.
Luego salté al columpio y me quise columpiar, pero no pude, porque como las arañas somos solitarias, no hubo nadie que me diera impulso. Miré hacia todos lados y decidí ir a visitar al maitén.
El maitén es un arbol precioso, que se da mucho en toda esta zona. Es por eso que la zona se llama Maitencillo, por un rancherío (muchos ranchos) que hubo antes, donde abundaban estos árboles.
Mirando y mirando desde el maitén, me entró la curiosidad por conocer el "cerco verde" que está haciendo la Pame, con unos temibles espinos, que es un arbusto con grandes espinas. Me quedé muy quieta, porque el espino es más pinchudo que la araucaria y de ahí salté al aromo.
¡Wow!, sus flores eran del mismo color de mis patas (yo, que me sentía tan exclusiva). Ahí aprendí que todos los colores que uno usa o le gustan, provienen de la naturaleza.
¡Era tanto lo que había recorrido y tanto lo que había visto, que ya estaba un poco cansada y quise escribir esta historia!
Por eso salté a los papiros, que son unas plantas que usaban los egipcios, para hacer papel. Creo que fue el lugar que más me gustó, de todo el jardín, porque es fresco y no había nada pinchudo que me pudiera hacer daño.
Me puse a escribir esta historia, cuando de pronto me enteré que habías sido tú, quién me había creado.
¡Gracias Rocío, por haberme hecho tan linda!
Cúidame, guárdame y espero que cuando seas más grande y leas mi cuento, yo todavía esté entre tus cosas preferidas.
Te quiere mucho,
La araña CARLOTA