miércoles, 24 de febrero de 2010

Mi tata Hugo tiene mucha imaginación ...



Muy querida Familia,

¡Mi tata Hugo tiene mucha imaginación!

Me dijo que yo había quedado igual que el "Príncipe Valiente" después de que mi abuela Gloria me cortó mis primeras chasquillas.

El Príncipe Valiente, cuyo nombre original completo es "Prince Valiant in the Days of King Arthur" (El Príncipe Valiant en los días del Rey Arturo), se llamaba Valiant, que traducido al castellano significa Valiente.

Este príncipe vivió en la época del REY ARTURO y mi tata Hugo se llama HUGO ARTURO, igual que ese rey.

El REY ARTURO fue un personaje de novela y no se sabe si realmente existió o fue fruto de la imaginación.

En la medida que voy creciendo, me doy cuenta que la imaginación y los pensamientos no tienen límite, lo que me parece fascinante.

Los quiero mucho,

"Princess Rocío in the days of tata Hugo Arturo"


martes, 23 de febrero de 2010

Mi mamá


Muy querida Familia,

Les quiero hablar de mi mamá.

Ella es una persona maravillosa, que siempre está feliz y que vive siempre muy preocupada por mi, desde que me levanto hasta que me acuesto y mientras duermo.

Se ríe mucho conmigo, juega y me entretiene. Me habla y me estimula y me vigila en todo momento.

Me lava, me peina me pone una ropa preciosa y me hace sentir que soy una reina todos los días.

Eso me da una tranquilidad enorme, lo que se me nota en la cara. La verdad es que no tengo grandes problemas ni preocupaciones, ausencias ni carencias, dolores ni privaciones porque mi mamá es tal cual como ustedes la ven, preciosa, alegre, amorosa, preocupada, comprometida y llena de vida.

La Real Academia Española de la lengua define FELICIDAD como: "estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien." "Satisfacción, gusto, contento."

Aunque yo soy muy chica, discrepo con esa definición, porque la siento muy liviana y absolutamente carente de AMOR.

En cambio les digo que mi mamá es amor y ella me produce ¡Toda la felicidad del mundo!

Los quiero mucho,

Rocío






jueves, 4 de febrero de 2010

Mi tía abuela Marcela

Muy querida Familia,

Soy muy chica y me cuesta entender algunas cosas que pasan.

He visto a toda mi familia un poco triste recientemente. Mi abuela Pamela ha estado con mucha pena y la he notado con menos alegría. Mi tata Hugo me dijo que es porque mi tía abuela Marcela se fue al cielo y que por eso, todos en la familia quedaron con mucha pena.

Mi tía abuela Marcela era una persona muy linda, siempre estaba muy alegre y nos cubría a todos con mucho amor. Era divertida, optimista, sincera, honesta, generosa, muy fiel y comprometida. Compartió dos tercios de su vida con mi tío abuelo Rody, lo acompañó en todo y formaron una linda familia con sus hijos Mirentxu y Cristián .

Decía las cosas "pan, pan, vino, vino", era muy directa y sin dobleces. Tenía una fortaleza increíble, que parecía que nunca le iba a ocurrir nada y que se iba a sobreponer a cualquier adversidad.

Siempre nos acogió con su linda sonrisa.

Nos amó a todos con mucha fuerza y sus sentimientos eran fuertes y profundos como las raíces de una araucaria. Para mi tata Hugo, ese es el árbol que mejor representa a mi tía abuela Marcela porque es fuerte, grande, vive y crece en condiciones extremas, es generoso, nos alimenta con sus piñones, podemos descansar bajo su sombra y es longevo, como el ejemplo de vida que nos ha dejado a cada uno de nosotros.

Me cuesta entender la ausencia y el dolor, porque a mi no me duele nada ni me ha faltado nada. Tengo a mis padres, a mis tíos y tías, a mis abuelos, a mis bisabuelas, a mis padrinos, a mis compañeros del jardín, primos y primas y a toda una familia maravillosa que me regalonea y que me quiere.

Marcela fue una bendición de Dios, que nos amó a todos sin excepción y ella siempre nos dio un lugar de privilegio en su corazón y nos hacía sentir que ocupábamos ¡el primer lugar!

No tengo palabras y me falta crecer más para entender en profundidad, quién era y como fue mi tía abuela Marcela.

Lo único que les puedo decir ahora, es que cada vez que vea una araucaria me voy a acordar de ella.

Los quiero mucho,

Rocío