viernes, 25 de diciembre de 2009

¡Cómo has crecido Rocío!
























Abriste tus preciosos ojos al mundo hace un año y todo te parecía extraño, nuevo y atractivo. Conocías a tus padres por sus voces desde que estabas en el vientre de tu mamá.

Ya a los 22 días de gestación se habían formado tus oídos y pudiste escuchar perfectamente, cuando tu madre cumplió las 20 semanas de embarazo. ¡Había mucho ruido allá afuera y Dios dispuso que siguieras tranquila y calentita allí dentro, hasta que te pudieras enfrentar bien con la vida que se desarrolla donde vivimos los grandes!

Pasaron muchas cosas en tu familia y todo comenzó a girar en torno a tu preciosa llegada.

Tus padres tomaron la acertada decisión de formar una familia y de preparar el hogar más lindo para ti. Tus abuelos se alinearon en torno a esa acertada decisión y apoyaron con amor, alegría y entusiasmo, la formación de este nuevo proyecto de vida.

Todos en la familia corríamos de un lugar a otro exclamando ¡Voy a ser tía! ¡Vamos a ser tíos! ¡Vamos a ser abuelos! ¡Vamos a ser papás!

Tu abuela Pamela cantaba "¡Es niñita, es niñita, es niñita!" con mucha convicción y el tiempo le dio la razón.

No te imaginas la inmensa alegría que llenó nuestros corazones y hubo grandes cambios en la familia, para prepararnos para tu nacimiento.

Tu tío Felipe que estaba en España se esforzó al máximo en sus estudios, para volver a Chile y estar con tus padres, a tiempo para su matrimonio.

Pamela y yo decidimos volver a vivir en Santiago, después de 18 años de vivir en Antofagasta, para estar más cerca de tus padres, de tí y de nuestros hijos, parientes y amigos.

No queríamos ser unos abuelos ausentes y lejanos.

Tus tíos, primos y padrinos saltaban de alegría con tu llegada y todos apostaban sobre cómo serías de linda.

Se habló mucho de cómo te tendrías que llamar. Tu padre no quería que tuvieras un nombre que terminara en "A" porque tu apellido comienza con A, mientras tu tío y padrino Cristóbal te bautizó con el nombre de "TE I CEN" ... ¡Lávate los dientes Te i cen! ¡Ponte las zapatillas Te i cen! ¡Anda acostarte Te i cen! lo que nos hizo reir mucho en la familia. ¡

Tienes un tremendo padrino, que siempre va a iluminar tu vida con su alegría y gran sentido del humor!

Una noche mientras cenábamos en la casa de tus abuelos Rudi y Gloria, tus padres decidieron ponerte Rocío y tu tía Ignacia propuso que "sería lindo que se llamara Rocío Ignacia" y de ahí que llevas el nombre de tu tía Ignacia, que es una tía muy linda.

Tienes una motricidad fina maravillosa y eres capaz de recoger un granito de arroz del suelo, mientras gateas por la alfombra. Tienes un oído maravilloso, te fascina la música y te pones inmediatamente a bailar. Eso lo heredaste de tu abuela Pamela, que le fascina el baile y que ha tenido que educar a tu tata Hugo en los misterios del baile, sin mucho éxito hasta ahora. Eres muy cuidadosa y sabes pararte y moverte por la casa con mucha delicadeza. Gateas a toda velocidad igual que un tractorcito en el campo y tienes un buen dominio de las cámaras.

¡Eres muy fotogénica!

Ha pasado un año desde que estás entre nosotros y junto con aprender muchas cosas en tu corto año de vida, nos has enseñado mucho a todos en la familia.

¡Cómo has crecido Rocío! ¡Y cómo hemos crecido todos nosotros contigo!

Nos estás enseñando a ser bisabuelas, padres, abuelos, tíos, sobrinos, primos y padrinos.

Eres el amor de Dios que se manifiesta con tu presencia entre nosotros.

¡Feliz cumpleaños Rocío!

Te amamos todos en la familia.

Tu tata Hugo













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