Yo estaba en Arequipa-Perú, cuando fue el terremoto en Chile, en la madrugada del Sábado 27 de febrero de 2010 y por tu corta edad, no te vas a acordar de este fenómeno natural, lo que me alegra infinitamente.
Tu abuela Pamela dormía contigo y ella te acurrucó durante todo el tiempo que duró el movimiento, mientras tu dormías plácidamente en medio del ruido y la quebrazón de cosas que se caían al suelo, con el temblor. Eso no solo es amor de abuela, sino que naturaleza de mamá.
Los terremotos son movimientos de tierra que se producen en países como Chile, donde tenemos mucha actividad volcánica, una cadena montañosa muy joven (Los Andes) y una placa subterránea (Nazca) que choca con otra placa subterránea (Sudamericana), todo lo cual nos zangolotea de lo lindo, cada 25 años.
Dado que se suspendieron todos los vuelos desde y hacia Santiago porque el terminal del aeropuerto quedó en muy mal estado, quise ver la mejor forma de volver a casa, para estar con tu abuela Pamela, tu tío Maximiliano, tus padres, tíos Felipe, Cristóbal, tú y todos en la familia.
Es así que se me ocurrió volver por tierra desde Arequipa a Tacna y de ahí, tomar algo que me llevara a Arica, para tomar un vuelo de SKY a Santiago.

Me embarqué en un BUS FLORES de 2 pisos y me tocó en el asiento número 8, en el segundo piso, muy cerca del único baño que tenía el bus. Antes de salir, hicieron anuncios como los que hacen en los aviones; "Señores pasajeros, el bus está equipado con un baño, el cual se encuentra en el primer piso del bus y sólo se debe usar para orinar. En caso de cualquier otra necesidad, avísenos para hacer una parada en el camino".
¡Esa fue mi primera sorpresa!
Luego salimos pasadas las 21:30 horas y aunque parezca increíble, nos pusieron una película para entretener a los pasajeros.
El televisor que estaba cerca de mi asiento estaba malo y vi la película en un maravilloso color magenta, azul y fucsia fuerte. El sonido funcionó bien.
El camino era con muchas curvas, tortuoso, lento y peligroso. No dormí nada durante el viaje y las luces del bus se reflejaban en los letreros de advertencia de curva cerrada, zona de curvas y curva peligrosa.


Estas advertencias se mezclaron durante todo el viaje, con mi película "en colores", que irónicamente se llamaba "En busca de la felicidad".

Luego nos sirvieron una "caja feliz" que tenía un caramelo y un pan dulce, bastante rico, lo que me entretuvo por unos minutos.
Llegamos a Tacna a las 3:30 de la mañana y cansado, me fui a un hotel cercano al terminal internacional de buses, para poder dormir antes de seguir viaje a Chile. Era un lugar de mala muerte, horrible que no mereció una foto para subir a tu blog.
Dormí un par de horas y me levanté para irme al terminal internacional a tomar un auto que me llevara al aeropuerto de Arica a esperar el vuelo de SKY que me traería a casa.
Tomé un "auto privado" para cruzar a Chile y me senté al lado derecho, en el asiento trasero. A los pocos minutos de estar sentado, aparecieron 2 peruanos, un hombre y una mujer quienes abrieron las 2 puertas traseras y se sentaron al lado de cada ventana y yo quedé al medio, muy de chaqueta azul y maletín negro de cuero.
Cerraron las puertas y el auto partió a su destino. Había escuchado algunas historias de turistas que fueron asaltados en ese viaje, pero estaba tan cansado que me puse en la manos del Señor y me tranquilicé lo más que pude.
Llegamos al aeropuerto de Chacalluta sin novedad y me senté a esperar el vuelo que me traería de vuelta a casa.

¡No te imaginas la felicidad que me dio ver el avión en Arica! Me sentí en lo mío, cerca de mi familia, seguro y de regreso a la normalidad.
El viaje fue muy agradable y pude dormir en el trayecto.

La llegada a Chile me impactó. Había llegado al que un día fue considerado el mejor aeropuerto de Sudamérica y más parecía un campamento de los Boy Scouts que un aeropuerto internacional.
Recién entré en contacto con todo lo que se había vivido en la madrugada del 27 de febrero al ver los daños en nuestro principal terminal aéreo, pero ya estaba en suelo chileno, camino a casa y con todo el ánimo de ayudar a levantar Chile.
Tu no te vas a acordar de todo esto y es mejor que así sea.
Tu bisabuela Nena le tocó vivir el terremoto de 1929 de Chillán, una ciudad cercana a Concepción donde fue el epicentro de este último sismo y ella nunca logró reponerse del susto y les tenía pánico.
Yo no quiero que les tengas pánico. Quiero que tengas el control suficiente como para saber qué hacer en un caso similar. Es así como tu abuela Pamela pudo mantenerse tranquila y hacerte como una casita con su cuerpo, para que no te pasara nada y pudieras seguir durmiendo, sin sentir miedo.
Todo esto ha sido una larga aventura, que recién comienza.
Te quiero mucho,
Tu tata Hugo
Dado que se suspendieron todos los vuelos desde y hacia Santiago porque el terminal del aeropuerto quedó en muy mal estado, quise ver la mejor forma de volver a casa, para estar con tu abuela Pamela, tu tío Maximiliano, tus padres, tíos Felipe, Cristóbal, tú y todos en la familia.
Es así que se me ocurrió volver por tierra desde Arequipa a Tacna y de ahí, tomar algo que me llevara a Arica, para tomar un vuelo de SKY a Santiago.
Me embarqué en un BUS FLORES de 2 pisos y me tocó en el asiento número 8, en el segundo piso, muy cerca del único baño que tenía el bus. Antes de salir, hicieron anuncios como los que hacen en los aviones; "Señores pasajeros, el bus está equipado con un baño, el cual se encuentra en el primer piso del bus y sólo se debe usar para orinar. En caso de cualquier otra necesidad, avísenos para hacer una parada en el camino".
¡Esa fue mi primera sorpresa!
Luego salimos pasadas las 21:30 horas y aunque parezca increíble, nos pusieron una película para entretener a los pasajeros.
El televisor que estaba cerca de mi asiento estaba malo y vi la película en un maravilloso color magenta, azul y fucsia fuerte. El sonido funcionó bien.
El camino era con muchas curvas, tortuoso, lento y peligroso. No dormí nada durante el viaje y las luces del bus se reflejaban en los letreros de advertencia de curva cerrada, zona de curvas y curva peligrosa.


Estas advertencias se mezclaron durante todo el viaje, con mi película "en colores", que irónicamente se llamaba "En busca de la felicidad".
Luego nos sirvieron una "caja feliz" que tenía un caramelo y un pan dulce, bastante rico, lo que me entretuvo por unos minutos.
Llegamos a Tacna a las 3:30 de la mañana y cansado, me fui a un hotel cercano al terminal internacional de buses, para poder dormir antes de seguir viaje a Chile. Era un lugar de mala muerte, horrible que no mereció una foto para subir a tu blog.
Dormí un par de horas y me levanté para irme al terminal internacional a tomar un auto que me llevara al aeropuerto de Arica a esperar el vuelo de SKY que me traería a casa.
Tomé un "auto privado" para cruzar a Chile y me senté al lado derecho, en el asiento trasero. A los pocos minutos de estar sentado, aparecieron 2 peruanos, un hombre y una mujer quienes abrieron las 2 puertas traseras y se sentaron al lado de cada ventana y yo quedé al medio, muy de chaqueta azul y maletín negro de cuero.
Cerraron las puertas y el auto partió a su destino. Había escuchado algunas historias de turistas que fueron asaltados en ese viaje, pero estaba tan cansado que me puse en la manos del Señor y me tranquilicé lo más que pude.
Llegamos al aeropuerto de Chacalluta sin novedad y me senté a esperar el vuelo que me traería de vuelta a casa.
¡No te imaginas la felicidad que me dio ver el avión en Arica! Me sentí en lo mío, cerca de mi familia, seguro y de regreso a la normalidad.
El viaje fue muy agradable y pude dormir en el trayecto.
La llegada a Chile me impactó. Había llegado al que un día fue considerado el mejor aeropuerto de Sudamérica y más parecía un campamento de los Boy Scouts que un aeropuerto internacional.
Recién entré en contacto con todo lo que se había vivido en la madrugada del 27 de febrero al ver los daños en nuestro principal terminal aéreo, pero ya estaba en suelo chileno, camino a casa y con todo el ánimo de ayudar a levantar Chile.
Tu no te vas a acordar de todo esto y es mejor que así sea.
Tu bisabuela Nena le tocó vivir el terremoto de 1929 de Chillán, una ciudad cercana a Concepción donde fue el epicentro de este último sismo y ella nunca logró reponerse del susto y les tenía pánico.
Yo no quiero que les tengas pánico. Quiero que tengas el control suficiente como para saber qué hacer en un caso similar. Es así como tu abuela Pamela pudo mantenerse tranquila y hacerte como una casita con su cuerpo, para que no te pasara nada y pudieras seguir durmiendo, sin sentir miedo.
Todo esto ha sido una larga aventura, que recién comienza.
Te quiero mucho,
Tu tata Hugo
No hay comentarios:
Publicar un comentario