
Muy querida Familia,
¡Mis papás son simplemente maravillosos!
El sábado 6 de marzo, salieron los dos solos, porque tenían el matrimonio de un amigo en el HOTEL HYATT y me dejaron con mis abuelos Hugo y Pamela, por el fin de semana.
Lo pasamos super bien y mis abuelos me llevaron a Lonquén, que es un campo cerca de Santiago, donde mi tío Maximiliano ha estado trabajando para la Iglesia, en una escuela de arte, donde a los jóvenes les enseñan danza, circo, teatro y música bajo la perspectiva de que Dios nos ha dado muchos dones y talentos para que los usemos para su obra acá en la tierra.
A mi me gusta la música y me gusta bailar y me doy cuenta que es así, porque estoy desarrollando un movimiento de caderas ¡tan colombiano! como mi tío Maximiliano.
Mi abuela Pamela estaba feliz conmigo y nos sentamos en el pasto, a disfrutar de la presentación que hicieron los jóvenes.

Hicieron unas danzas con fuego, muy impresionantes y hubo un payaso que lo hizo muy bien.


Eran muchos jóvenes que bailaron e hicieron una presentación muy linda. Claro que a mi tata Hugo se le acabó la pila de su máquina fotográfica y no pudimos seguir tomando fotos, pero lo pasamos regio.
Dormí con mis abuelos y al día siguiente fuimos a la Iglesia La Trinidad, luego almorzamos y nos dormimos una siesta - ¡Los tres! - y en la noche vinieron mis papás a buscarme y se quedaron a comer.

Mi abuela preparó unos Macaronis con queso y pollo, gratinados al horno, que le quedaron deliciosos y yo me senté en la mesa ver cómo los grandes disfrutaban de la comida.
Fue un lindo fin de semana, muy descansado y con mucho regaloneo.
Los quiero mucho,
Rocío
¡Mis papás son simplemente maravillosos!
El sábado 6 de marzo, salieron los dos solos, porque tenían el matrimonio de un amigo en el HOTEL HYATT y me dejaron con mis abuelos Hugo y Pamela, por el fin de semana.
Lo pasamos super bien y mis abuelos me llevaron a Lonquén, que es un campo cerca de Santiago, donde mi tío Maximiliano ha estado trabajando para la Iglesia, en una escuela de arte, donde a los jóvenes les enseñan danza, circo, teatro y música bajo la perspectiva de que Dios nos ha dado muchos dones y talentos para que los usemos para su obra acá en la tierra.
A mi me gusta la música y me gusta bailar y me doy cuenta que es así, porque estoy desarrollando un movimiento de caderas ¡tan colombiano! como mi tío Maximiliano.
Hicieron unas danzas con fuego, muy impresionantes y hubo un payaso que lo hizo muy bien.
Eran muchos jóvenes que bailaron e hicieron una presentación muy linda. Claro que a mi tata Hugo se le acabó la pila de su máquina fotográfica y no pudimos seguir tomando fotos, pero lo pasamos regio.
Dormí con mis abuelos y al día siguiente fuimos a la Iglesia La Trinidad, luego almorzamos y nos dormimos una siesta - ¡Los tres! - y en la noche vinieron mis papás a buscarme y se quedaron a comer.

Mi abuela preparó unos Macaronis con queso y pollo, gratinados al horno, que le quedaron deliciosos y yo me senté en la mesa ver cómo los grandes disfrutaban de la comida.
Fue un lindo fin de semana, muy descansado y con mucho regaloneo.
Los quiero mucho,
Rocío
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